lunes, 28 de noviembre de 2011

Ni en la vida ni en el arte.

¿Es mentirse a uno mismo cuando uno trata de autoconvercerse?

Hoy me he despertado con un nuevo pensamiento. Todo lo que ayer me parecía negativo y absurdo, hoy hacía de mi una persona nueva. Y me ha hecho reflexionar...
 ¿Por qué me ha pasado esto? ¿Por qué ese cambio tan radical? ¿Ha sido causa de ese "autoconvencimiento" que he estado intentando hacerme a mi misma estos días?.  
¿Qué es "autoconvencerse"?
 La palabra "autoconvercerse," como tal no aparece en el diccionario (no sé si porque considera contradictoria o la posibilidad de que convencer pueda llegar a ser reflexivo), pero si consideramos que se trata de que uno se convenza de algo a sí mismo, como fácilmente se intuye, entonces podemos investigar su significado a partir del término "convencer", que sí que está. Convencer es "incitar,conseguir con razones o argumentos que una persona haga una cosa o cambie de parecer" o bien convencerse  "llegar a estar una persona segura de una cosa". Y la verdad es que ninguna de estas dos definiciones incluye, de por sí, el engaño.

Autoconvencerse de algo sería mentirse en el caso de que aquello de lo que nos estamos tratando de convencer a nosotros mismos fuese mentira, y además lo sospecháramos. Pero en ese caso, lo que nos estamos haciendo tiene más que ver con manipularnos, o con comernos el coco, que con convencernos.

A veces, por poner un ejemplo, tenemos que autoconvencernos de que algo en lo que nos estamos empeñando es imposible o irreal, aunque a una parte de nosotros le cuesta ver que en realidad no tenemos las oportunidades que desearíamos. O también en otras, por el contrario, hemos de autoconvencernos de que tenemos una posibilidad verdadera de lograr algo que sí está a nuestro alcance, frente a otra voz interior que tiraría la toalla. Pongo estas dos situaciones como ejemplo, ya que es lo que ultimamente ha estado rondando por mi cabeza pero podríamos aportar muchos otros ejemplos de autoconvencimiento, de lo más variado.

Supongo que puede ser difícil distinguir cuándo nos estamos ayudando y cuándo nos estamos engañando a nosotros mismo, pero probablemente saber cuando estamos haciendo esto es, al menos, igual de difícil.

Hay veces que el ejemplo más duro nos hace reflexionar más..








No hay comentarios:

Publicar un comentario