viernes, 2 de diciembre de 2011

¿Primero lo primero?

¿Sabes cuáles son tu prioridades en la vida? ¿Actuas en función de esas prioridades?

Porque son dos cosas totalmente diferentes.
Por un lado, me refiero a conocer qué es lo que más nos importa . Y por otro, muy diferente, es portarse de acuerdo a estas prioridades.

Conozco muchos casos, en los que la familia o la salud, por ejemplo, a pesar de ser muy importantes para algunas personas, inevitablemente se encuentran por debajo del trabajo. Es decir, el trabajo los absorbe de tal forma que aquello que valoran se va dejando, dejando y dejando...

Algo similar pasa con el dinero y las relaciones. Por cultura, las relaciones siempre serán más valiosas que el dinero, pero nuestra conducta muestra lo contrario.
 A veces, el daño a ciertas relaciones resulta irreparable. Otras personas, sin embargo, miden el valor de la relación en base al dinero y se sienten amados o queridos cuando el dinero está de por medio.

El punto es que no importa realmente qué va primero, porque al final de nuestros días lo sabremos sin ninguna duda.

 En un libro llamado "Martes con Morries" que cuenta las últimas conversaciones en vida de una persona con una enfermedad mortal degenerativa, Morries, y uno de sus alumnos, comenta que en el lecho de muerte nunca había escuchado a nadie decir "cómo quisiera dos horas más para trabajar". Lo más frecuente sería escuchar a alguien decir "cómo quisiera tener dos horas más para estar con..."

Si ya sabemos qué es más importante, ¿por qué con tanta frecuencia dejamos de lado nuestras prioridades?

En mi opinión, pienso que muchas personas no terminan de creerse que no tienen que elegir entre esto o lo otro, entre el dinero y la relación, o entre la salud y el dinero ("Sé que me afecta, pero necesito el dinero").

Tenemos tan metido en nuestra cabeza que tenemos que sacrificar una cosa por la otra, que no nos damos cuenta que no tenemos que sacrificar nada en nuestras vidas y que, en muchas ocasiones, podemos tenerlo absolutamente todo.

He leído que si pensamos con mentalidad de millonario llegaremos a conciliar todas estas cosas que aparentemente son opuestas o contradictorias, porque, en su concepto, millonario no es el que solamente tiene dinero, sino el que disfruta de todas aquellas cosas que valora.

¿Cuales son las características de la mentalidad de millonario?

1. Los millonarios creen firmemente en que ellos son los responsables de todo lo que les ocurre en la vida y de todo lo que desean que les ocurra. Simplemente creen que ellos son los responsables de hacer que las cosas pasen en todos los aspectos de la vida.

No esperan que la vida les mande buenas amistades: las cultivan. No esperan por buenas oportunidades económicas: las propician. Tal vez no sea sencillo, pero todo comienza con sentirse responsable y dejar de echar culpas.

2. Los millonarios buscan conscientemente ganar y dar a ganar en todos los aspectos valiosos de sus vidas. Los que no tienen mentalidad de millonarios buscan no perder. Y esta sutil diferencia es fundamental. Porque cada vez que buscas no perder, estás provocando exactamente eso: perder más.

3. Los millonarios se comprometen con todo aquello que desean, ya sea dinero o una relación. Están dispuestos a pagar el precio que se tenga que pagar. Los pobres mentales, negocian con el precio y tratan de comprar ofertas siempre. No conozco una gran obra de la humanidad en la que el enfoque haya estado en el costo. por el contrario, todos los recursos y enfoque se dirigieron siempre al resultado, cueste lo que cueste.

Y el compromiso no es posible si no sabemos con claridad lo que realmente queremos. "¿qué es lo que realmente quiero de la vida? Algunos sí lo saben, otros no y tardan algo más, pero es irrelevante la diferencia de tiempo. Lo importante es empezar a preguntárselo hasta que se tenga una respuesta de corazón.

4. Los millonarios piensan en grande, los pobres mentales en pequeño. Los millonarios no quieren simplemente tener una pareja, sino la pareja de su vida, su alma gemela. No quieren un poco de dinero, lo quieren en exceso. No quieren un buen trabajo, sino el mejor trabajo del mundo. No quieren adquirir una buena posición en la empresa en la que trabajan; quieren ser presidentes del consejo. .

5. Los millonarios son siempre mayores que sus problemas. Ser millonario en cualquier aspecto de la vida será seguramente más parecido a una aventura a lo desconocido llena de obstáculos que un paseo por un jardín botánico con temperatura controlada. No estoy siendo negativo sino preciso.

Pero cuando vienen los problemas, los millonarios crecen y se hacen más grandes que estos, para alcanzar con sus metas infaliblemente.

6. Los millonarios se enfocan en las oportunidades, mientras que los pobres mentales se enfocan en los problemas. Y si ya conocéis cómo funciona la Ley de la Atracción, aquello en lo que nos enfoquemos consistentemente, será aquello que atraiga con más facilidad.


Centraté en la recompensa, no en el riesgo.
Hay que centrarse en la recompensa, y así, siempre en nuestra mente vencerá cualquier obstáculo.


De ninguna manera estamos hablando únicamente de dinero, sino a cualquier cosa que es importante para nosotros en la vida.

Y ahora que ya sabemos que lo podemos tener todo, no os conforméis con nada menos que eso.

Pensad en ello.


¡Disfrutad del fin de semanan!

































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